La fruta confitada para Navidad se ha ganado un lugar de honor en todos los hogares durante las fiestas más entrañables. La mayor parte de las veces goza de protagonismo como parte de todo un clásico de la repostería tradicional: el roscón de Reyes, ese dulce tan especial que no puede faltar en el desayuno, el postre y la merienda del día más mágico del año. La delicadeza del bizcocho aromatizado con agua de azahar es el contrapunto perfecto al intenso sabor, la jugosidad y el brillante color de la fruta cristalizada, que además aporta una hermosa decoración a los roscones más clásicos. Las tortas de Navidad también ganan enteros cuando se decoran con delicadas frutas escarchadas; en esta receta, la mezcla entre el bizcocho y las deliciosas frutas crea una combinación llena de atractivo.